“Tiendas y oficinas cerradas, la tensión en su el nivel más alto de los últimos años y los niños especialmente impactados por la situación”, así describen la situación trabajadores de Acción contra el Hambre en la franja, un equipo compuesto por ocho personas. Durante la última semana, al menos 168 palestinos murieron, entre ellos 133 civiles, de los cuales al menos 36 eran niños. Después del grave ataque al norte de Gaza en las últimas 48 horas, se espera el desplazamiento de 60.000 palestinos, que se verán obligados a alojarse en los espacios públicos de la ciudad de Gaza, con la urgente necesidad de asistencia alimentaria.
Acción contra el Hambre, que apela a un alto el fuego para salvaguardar la integridad de la población civil, tanto palestina como israelí, y evitar un deterioro de la situación humanitaria, está especialmente preocupada por la situación de las 4.500 desplazados dentro de Gaza y por los efectos producidos por las bombas en infraestructuras de agua: “El suministro de agua a más de 31.000 personas se ha reducido o interrumpido en la ciudad de Gaza, Khan Younis y Beit Hanoun. Los daños producidos en una planta de tratamiento de aguas han provocado el vertido de aguas residuales al mar, poniendo en peligro el medio de vida de los pescadores en la zona. Las infraestructuras civiles se han visto gravemente afectadas: cuatro líneas de suministro de electricidad a Gaza han sido dañadas durante las últimas 48 horas y el 75% de la ciudad está ahora sin energía eléctrica”, asegura desde Jerusalén el Director País de Acción contra el Hambre en el Territorio Palestino Ocupado, Paolo Lubrano. Además dos plantas de tratamiento de agua han sido alcanzadas por las bombas.