Manifiesto de la Red de ONGD de Madrid ante la grave crisis internacional provocada por la invasión de Ucrania

Rechazamos cualquier agresión a un país soberano y, por tanto, condenamos con firmeza la invasión de Ucrania por parte del gobierno ruso y el conflicto bélico abierto, con el consecuente sufrimiento de  la población civil, en especial de quienes más lo padecen: personas mayores, mujeres y niñas;

En un conflicto bélico todas las personas pierden excepto aquellas que los promueven y que se benefician con ellos, por lo que instamos a las partes a la negociación y a la búsqueda de soluciones dialogadas de los problemas que han causado este conflicto, y a la comunidad internacional para que apoye una salida final al conflicto basada en la conciliación y el entendimiento;

Defendemos la construcción de una cultura de paz y en contra de los discursos del odio, la intolerancia y la xenofobia, pedimos que se respete libertad de expresión y manifestación de la población de cualquier país que se posiciona contra la guerra;

Para minimizar el sufrimiento humano y proteger a la población civil, hacemos un llamamiento para que se respete el Derecho Internacional Humanitario y los corredores humanitarios, que facilitan el desplazamiento de la población civil que huye buscando territorios seguros y condenamos con dureza los crímenes de guerra producidos, como ataques a hospitales o la población civil indefensa;

Advertimos de las consecuencias desastrosas que tendrá esta guerra, no solo en los países directamente implicados, sino en todo el mundo: la invasión de Ucrania ha alterado el mercado de alimentos tan básicos como el cereal, afectando a las soberanía alimentaria de países que dependen directamente de las importaciones de ese país; así mismo la inseguridad en el abastecimiento de combustibles fósiles puede provocar volver a fuentes de energía como la nuclear, altamente contaminante y peligrosa;

Así mismo alertamos de que el incremento del presupuesto militar que este conflicto está ocasionando puede derivar en una reducción de los fondos destinados a fortalecer las políticas de bienestar social que tenían como objetivo paliar las consecuencias del empobrecimiento, desigualdad y desempleo que la crisis del COVID-19 originó y que todavía padecemos. La paz no se construye con armas, y un rearme generalizado solo producirá un mundo más inseguro, pobre y desigual.

Una vez más reconocemos la gran generosidad de la población española y madrileña que espontáneamente se ha volcado en la donación y recogida de material para enviar a la población ucraniana y en el acogimiento de la población que huye de la guerra. Hacemos hincapié en la importancia de tener acuerdos con entidades antes de realizar recogidas, de modo que no suceda que luego no encuentren un canal de envío a su destino. Además, recordamos que en este momento hay en el mundo numerosos conflictos bélicos abiertos de los que los medios de comunicación no se hacen eco: Sudán, Etiopía, Mozambique, Palestina, Yemen, Siria o Afganistán son solo algunos ejemplos de conflictos que han causado el desplazamiento de casi 70 millones de personas. El derecho al refugio y al asilo es universal y debe ser garantizado para todas las personas que huyen de unas guerras y situaciones de violencia extrema, que en la mayoría de los casos están olvidadas o fuera del foco de nuestra atención.

 

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