Desde la Red de ONGD de Madrid apostamos por la perspectiva de género como herramienta a través de la que analizar y transformar la realidad que nos rodea. Pero también queremos fortalecer nuestras capacidades revisando hacia lo interno los procesos pro-equidad que queremos desarrollar. Durante el año 2018 ya tuvimos la oportunidad de realizar dos inspiradores talleres sobre esta temática, impartidos por Lorena Pajares. Por ello, editamos este material elaborado por la misma experta, con la idea de ofrecer un recurso accesible para seguir reflexionando sobre la transformación feminista en el sector de las ONGD. Este material ha sido posible gracias al apoyo de la Comunidad de Madrid.
Lorena Pajares, 2019
Introducción
El presente manual trata sobre la importancia, los límites, desafíos y oportunidades para promover el desarrollo y avanzar hacia la coherencia de políticas para el desarrollo (en adelante CPD) en España. En un mundo extremadamente complejo y multidimensional, donde el modelo actual de crecimiento y competitividad se ha demostrado humana y ambientalmente insostenible parece necesario clarificar qué concepto de desarrollo se esgrimirá en este artículo, así como los marcos de interpretación que se usarán para entender este concepto de desarrollo; de ahí que el presente epígrafe pretenda clarificar y complejizar sobre este concepto.
Si preguntamos a cualquier persona cercana, probablemente nos confirme la creencia generalizada de que las Organizaciones No Gubernamentales, en tanto paradigma de la acción social organizada y la lucha por la justicia social, aplican el Principio de Igualdad en sus estructuras en mayor medida que otras entidades. Sin embargo, todos los estudios al respecto revelan lo contrario. Los indicadores de Transparencia y Buen Gobierno con menor grado de cumplimiento por parte de las ONG son precisamente los referentes a temas de género: Mientras que en el resto de indicadores el logro es de entre el 80 y el 100%, el cumplimiento de aquellos que se refieren a la incorporación del género en el funcionamiento interno de la organización no llega al 60%.
A pesar de los diferentes mandatos normativos, prioridades de las Políticas Públicas y compromisos del sector con la igualdad, la incorporación de la perspectiva de género en el quehacer diario de las organizaciones aún está lejos de ser una realidad, constituyendo una de las mayores brechas entre discursos y praxis del sector. Y tal y como describe el Decreto Vasco 40/2018 de ayudas a entidades de cooperación para promover procesos de cambio organizacional pro-equidad de género, “la incorporación de la perspectiva de género en la actividad de las entidades sólo es posible si esta perspectiva forma parte de la naturaleza interna de las propias organizaciones”.
Conseguir que esa perspectiva pase a formar parte de la naturaleza interna de las organizaciones requiere de procesos de cambio que nos permitan ponernos frente al espejo, trabajar la coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos, analizar nuestros modos de hacer y pensar y crear nuevos métodos de trabajo no patriarcales. Para ello, el primer paso es trascender del género como asunto técnico y resituarnos en lo político, desde una mirada integral y a medio-largo plazo. Sin perder de vista que, finalmente, lo que se pone sobre la mesa es el desajuste de enfoques y la falta de alineamiento entre la Agenda global de Desarrollo y la Agenda de Género.
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