Medidas de las ONGD madrileñas para la reconstrucción

17 DE OCTUBRE

DÍA INTERNACIONAL PARA LA ERRADICACIÓN DE LA POBREZA

Las Organizaciones de Desarrollo madrileñas defienden las políticas públicas de Cooperación Internacional como medida imprescindible en el proceso de Reconstrucción. 

 

Foto: Alejandro Slocker

 

La extensión de la COVID-19 supone enfrentarnos a una crisis de enormes dimensiones que tiene, y tendrá, repercusiones sociales, económicas y políticas en todo el mundo. Pero sus consecuencias serán especialmente graves para las personas en situación de mayor vulnerabilidad.

En los países empobrecidos los ajustes impuestos por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional han hecho más frágiles sus sistemas de salud, más difícil el acceso de la mayoría de su población al agua y al saneamiento y ha extendido una economía informal que entorpece el confinamiento en casa para evitar contagios y propagar la enfermedad. Si hemos visto nuestros hospitales saturados, nuestra sanidad al borde del colapso y nuestra economía paralizada, imaginemos las consecuencias de la extensión de la COVID en países especialmente frágiles.

Más preocupantes aún serán, si cabe, las consecuencias socioeconómicas y políticas que se deriven de la pandemia. La ONU estima que si no hacemos nada se podría duplicar el número de personas que pasan hambre en el mundo haciendo más difícil la consecución del ODS 2 de poner fin al hambre en el mundo asegurando la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición.

Y en este sentido la cooperación internacional para el desarrollo es una herramienta para apoyar a los países con menos recursos y opciones. Como viene alertando el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) “sin el apoyo de la comunidad internacional corremos el riesgo de un retroceso masivo de los logros conseguidos en el desarrollo de las últimas décadas tanto en vidas como en derechos básicos, oportunidades y dignidad.”

Las ONGD madrileñas pedimos un firme compromiso y solidaridad de nuestros gobiernos autonómicos y locales con la política pública de cooperación internacional para el desarrollo con la que desafiar esta crisis de forma global y poder hacer un ejercicio de empatía, responsabilidad y solidaridad hacia los países empobrecidos que combatirán la pandemia desde una posición de gran debilidad. En definitiva, las ONGD madrileñas pedimos lo mismo que nuestros gobiernos reivindicaron al resto de gobiernos de la Unión Europea: una solución global, altura de miras y no dejar a nadie atrás.

La apuesta por la cooperación internacional para el desarrollo no es solo una apuesta por la solidaridad y la justicia social, sino también por la inteligencia colectiva. De esta crisis sanitaria global, y de sus posteriores consecuencias, saldremos todos los países juntos o no saldremos. En un mundo tremendamente interconectado, no podemos construir burbujas aisladas de bienestar pues nuestra casa, nuestra ciudad, nuestro país depende cada vez más del resto de países. Esta es una crisis mundial que sólo podremos enfrentar con una visión y articulación global. Ahora más que nunca es la hora de actuar localmente pensando globalmente.

Y por ello queremos destacar la importancia de la cooperación descentralizada en nuestro país, aquella que se canaliza a través de los gobiernos autónomos y locales, como ya señaló en el año 1998 el Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la OCDE.  Según datos de la OCDE de 2015, uno de cada tres euros de la ayuda bilateral española tenía su origen en presupuestos autonómicos y municipales, es decir el 29% de la ayuda bilateral neta española proviene de Comunidades Autónomas y Entidades Locales lo que convierte a nuestro país en el mayor donante de ayuda descentralizada en términos relativos, una cooperación que se ha gestionado fundamentalmente en colaboración y a través de las ONGD.

Por otra parte, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible aporta el necesario marco referencial universal que será necesario para buscar soluciones globales para esta crisis global. Y de nuevo el papel de las administraciones locales será indispensable. La Agenda 2030 no sólo plantea un objetivo específicamente centrado en ciudades, el objetivo de desarrollo sostenible (ODS) 11, sino que en cada objetivo introduce asuntos que pueden ser competencia de gobiernos locales y regionales. Por ejemplo, la gestión del agua, el transporte público, la participación ciudadana o la integración de inmigrantes. Actualmente, un tema clave en las discusiones sobre la implementación de la Agenda es precisamente la localización de los ODS y la determinación de los niveles de gobierno que deben liderar o participar en su consecución.

Para impulsar medidas de cooperación internacional para el desarrollo en el marco de la Agenda 2030, las ONGD madrileñas demandamos a nuestras administraciones públicas que pongan en marcha las siguientes medidas:

  1. No reducir el alcance de esta sino aumentarla con fondos adicionales para dar respuesta a la situación de emergencia que la COVID-19 pueda provocar en los países en los que trabajamos, especialmente en el área de la salud.
  2. Apoyar la elaboración de Planes Estratégicos que pongan de manifiesto el compromiso de las administraciones con la cooperación internacional para el desarrollo para los próximos años, dotándolos de un marco económico suficiente. En ese sentido habrá que dar continuidad a la elaboración del Plan Cuatrienal de Cooperación de la Comunidad de Madrid para los próximos cuatro años dotándolo de un marco económico suficiente e incorporando sistemas de información, evaluación y rendición de cuentas, amplios, rigurosos y accesibles, que se lleven a cabo de forma periódica.
  3. Impulsar proyectos y acciones de educación para la ciudadanía global como herramienta de lucha contra los discursos de odio, y como forma de construcción de un mundo más solidario, sostenible y justo.
  4. Agilizar y resolver cuanto antes las convocatorias de proyectos de cooperación internacional para el desarrollo, acción humanitaria, de educación para la ciudadanía global, etc., previstas para el año 2020.
  5. Promover medidas de coordinación con los gobiernos locales, restituyendo la Comisión Regional de Cooperación Internacional para el desarrollo.
  6. Impulsar el funcionamiento del recientemente reinstaurado Consejo de Cooperación dotándole de medios para que pueda realizar su labor de asesoramiento y la participación de la ciudad civil en las políticas públicas de cooperación para el desarrollo y de un carácter más operativo y vinculante que consultivo.
  1. Revisar la Ley 13/1999, de 29 de abril, de Cooperación para el Desarrollo de la Comunidad de Madrid vigente para actualizarla a los nuevos contextos y favorecer una mayor agilidad en la implementación y puesta en marcha de las políticas públicas de cooperación internacional para el desarrollo.

Así mismo, solicitamos impulsar decididamente la implementación de la Agenda 2030 como marco de referencia y compromiso internacional para no dejar a nadie atrás, tanto en las administraciones locales como autonómica. Para ello es necesaria:

  1. La creación de organismos específicos de coordinación e implementación de la Agenda al más alto nivel y con una mirada transversal a todas las políticas y bien dotados de recursos humanos y económicos: recuperar y reformar en este sentido la figura de la Comisionada de Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
  2. La elaboración de estrategias definidas que incluyan mecanismo de evaluación y seguimiento.
  3. El fomento de la participación de la sociedad civil organizada en las políticas de implementación de la Agenda impulsando y dotando de contenido el Consejo Asesor para la a Agenda 2030 en la Comunidad de Madrid.
  4. El establecimiento de sistemas de rendición de cuentas ante los parlamentos y ante la sociedad.
  5. La divulgación y sensibilización para el conocimiento y apropiación de los Agenda 2030 por parte de la ciudadanía.
  6. La instauración de mecanismos de Coordinación con otras ministraciones locales y también con la estatal.

En el contexto de transversalidad y de coherencia de políticas para el desarrollo sostenible en el que nos sitúa la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible solicitamos que se tengan en cuenta también las siguientes medidas para que la necesaria reconstrucción se haga garantizando el ejercicio pleno de derechos humanos universales.

  1. Apoyar a las organizaciones de la sociedad civil que desde el inicio de la crisis sanitaria han creado rápidamente redes de ayuda a la población más vulnerable. Es necesario seguir apoyando a asociaciones vecinales, deportivas, culturales y otras organizaciones de la sociedad civil que por conocimiento y cercanía a la población a la que atienden son un complemento indispensable a la labor de las administraciones.
  2. Fortalecer los servicios públicos que garantizan para toda la sociedad el ejercicio pleno de derechos tan fundamentales como la educación y la salud. La pandemia está demostrando que solo un servicio público, gratuito y universal nos permitirá alcanzar el ODS 3 de garantizar una vida sana y promover el bienestar para todas las personas. Por otra parte, la crisis sanitaria ha ampliado la brecha educativa y es necesario atender las nuevas necesidades educativas para que todos los niños y las niñas tengan acceso a una educación de calidad en cualquier circunstancia.
  1. Ayudar y proteger a las personas mayores y dependientes es lo que nos hace más humanos. Es necesario crear y proteger de manera adecuada espacios seguros donde mayores y dependientes puedan ser atendidos con todas las garantías para su salud y donde puedan sentirse acompañados por sus familiares. Una red pública de residencias de mayores y dependientes dotadas de recursos suficientes garantizará ese derecho.
  2. También las personas migrantes y refugiadas deben contar con nuestro apoyo y ayuda. Ningún ser humano es ilegal y todas las personas tenemos el derecho a movernos de nuestros lugares de origen bien para buscar un sitio mejor para nuestro desarrollo personal o bien empujados por contextos de insostenibilidad para la vida. Y en los lugares de acogida se debe garantizar el derecho al refugio y asilo y proporcionar las condiciones más adecuadas para la integración.
  3. Como en todas las crisis económicas, sociales y políticas que la humanidad ha atravesado también ahora se están agudizando graves problemas como la desigualdad, no solo entre países sino dentro de cada país creando bolsas de pobreza. Se deben reforzar los esfuerzos de redistribución de la riqueza para que los que más tengan más aporten para sostener un estado de bienestar que proporcione cohesión a nuestras sociedades. Solicitamos disminuir los impuestos indirectos como el IVA por ser los menos redistributivos y por otra parte incrementar los impuestos directos para las grandes fortunas, apoyar los impuestos de transacciones financieras y redoblar a lucha contra el fraude y la evasión fiscal.
  4. En el impulso a la reconstrucción económica hay que tener en cuenta todo el tejido empresarial, grandes, medianas y pequeñas empresas y también la empresa social y solidaria y el sector del cooperativismo, que son uno de los sectores que más empleo y de más calidad crea y que aporta valores de solidaridad, y de responsabilidad social. Por ello pedimos que se impulse la incorporación de estas empresas en la contratación pública y se priorice su colaboración en las de subvenciones públicas de proyectos.
  5. Y no debemos olvidarnos de que según muchos informes científicos esta pandemia se debe en gran parte a la destrucción de espacios naturales en todo el mundo. Es hora de apostar por una economía verde y sostenible con grandes potencialidades de en la creación de empleo como las energías sostenibles, un turismo menos masificado, y un consumo estacional y de proximidad.
  6. Y, por último, en un mundo cada vez más urbanizado, solicitamos ciudades más verdes y sostenibles que den protagonismo a las personas y que potencien sistemas de movilidad menos contaminante.

 

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