La historia de la humanidad bien podría contarse como una sucesión de excesos de poder, cuya liberación exigió siempre una auténtica lucha de ideas. ¿Quién ostenta un exceso de poder hoy? Sin duda son las grandes entidades financieras globales las que gozan de una situación de ventaja contra la que nadie puede competir. Hoy el poder reside en el dinero. Y si el dinero es poder, la desigualdad económica se convierte en una dictadura. Por lo que si de verdad queremos una democracia debemos luchar contra la desigualdad económica o reducir el poder del dinero o quizás ambas cosas simultáneamente.
¿Cómo fue posible que la idea de la desigualdad, que obviamente va en contra de la idea natural de fraternidad, ganara la batalla de las ideas?
“Los ricos, por su natural egoísmo y rapacidad, siguiendo únicamente sus vanos e insaciables deseos, contratan a miles de personas, dividiendo así con los pobres (a través de los salarios que les pagan) el fruto del trabajo. De esta manera los ricos son llevados por una mano invisible a que progrese el interés de la sociedad”. Estas palabras de Adam Smith, el padre de la economía liberal, describen a la perfección cómo funciona el sistema que tenemos desde entonces hasta hoy: la inmoral avaricia es el motor económico que acaba beneficiando a toda la sociedad en su conjunto. Todo lo que hay que hacer es controlar desde el Estado para que esta misma avaricia no lleve a pactos entre los empresarios para reducir los salarios y subir los precios, lo cual iría en contra del interés general de la sociedad… Leer más
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