El lunes 18, en la Comisión de Familia y Políticas sociales se aprobó, con el voto favorable de todos los grupos políticos excepto Vox, el Plan General de Cooperación 2021-24 de la Comunidad de Madrid, último trámite que faltaba para que el Plan estuviera finalmente vigente.
Y no, no nos hemos equivocado de fecha, el 18 de abril de 2022 se aprueba el Plan general 2021-24: hay casi un año y medio de desfase entre su periodo de vigencia y su aprobación final.

1.- ¿Por qué hemos tardado tanto en tener un Plan General?
La elaboración de este Plan comenzó en el 2020, el año de la pandemia, y se contaba tenerlo listo en ese año, para que pudiera aprobarse a lo largo del 2021. Tanto el anterior equipo de cooperación como las entidades sociales que colaboramos en su redacción trabajamos duro y a principios de 2021 ya estaba listo para su aprobación en Junta de Gobierno y su posterior ratificación en la Asamblea. Solo la inesperada convocatoria de elecciones en el mes de mayo y la inexplicable demora en la tramitación por parte del nuevo gobierno ha retrasado un año la aprobación final del Plan.
2.- ¿Para que un Plan General de cooperación?
Según la Ley de Cooperación de 1999 de la Comunidad de Madrid, la política de cooperación se articula a través de Planes Generales con carácter cuatrienal que contendrán los objetos y prioridades que deben regir las políticas de cooperación para el desarrollo. Los correspondientes Planes Anuales desarrollarán estos objetivos prioridades y recursos. Sin un Plan General, no hay Planes Anuales. Sin un Plan General que marque las políticas de cooperación, ¿Cómo conoceríamos qué va hacer la Comunidad en el ámbito de la cooperación? Sencillamente no lo sabríamos. Ni sabríamos qué se va hacer en los próximos cuatros años, ni lo que sé va a hacer en este mismo año, ni sabríamos cómo se ejecutaría la escasa partida dedicada a la cooperación en el presupuesto de la Comunidad de Madrid ni podríamos pedir rendición de cuentas. La cooperación en nuestra región caminaría por la senda de la inseguridad, cuando no por la de la arbitrariedad.
3.- Datos a favor y en contra de este Plan General de Cooperación 2021-24.
A favor sin duda la propia existencia del Plan y el que haya sido elaborado consultando a las entidades sociales. La definición de la cooperación internacional como un instrumento de transformación social y su inclusión dentro de las grandes agendas internacionales como la Agenda 2030 implican un enfoque novedoso de la cooperación en la Comunidad de Madrid.
Por otra parte, nos hubiera gustado haber contado con la evaluación previa del anterior Plan General, y que este incluyera una mayor concreción en coherencia de políticas y una mayor implicación en educación para el desarrollo y ciudadanía global. Y, sobre todo, nos frustra el marco económico de este Plan General. En una de las comunidades más ricas de España, nos seguimos moviendo en torno a un 0,02% del presupuesto general de la Comunidad para cooperación, lo que no deja de ser dramático. Nuestra reivindicación es un incremento porcentual con respecto a los posibles incrementos del Presupuesto General de la Comunidad de Madrid, de manera que al final de los cuatro años del Plan se alcance al menos el 0,1% del presupuesto de la Comunidad, un mínimo potencialmente alcanzable sin grandes esfuerzos, con el objetivo final de alcanzar para 2030 el compromiso internacional del 07%. No es mucho, porque es justo y es un compromiso internacional largamente aplazado.
Bienvenido sea este Plan General, pero para ponerlo en marcha en un escenario real serán necesarios mayores recursos económicos y también humanos, así como la participación y el diálogo con las entidades sociales. Es urgente que la Comunidad de Madrid recupere una política pública de cooperación seria, rigurosa y transformadora que nos permita contribuir a afrontar los graves desafíos que tenemos como humanidad en un mundo global.
Sonsoles García-Nieto
Presidenta de la Red de ONGD